Tengo varias cosas que escribir y no sé por dónde comenzar:
La descripción del pájaro que solo tiene una pata y que está acostumbrado a, por las mañanas, posarse en la mesa del restaurante, para que le den de comer. Los comensales incautos compartimos el desayuno dándole un poquitín de fruta, o una menuza de pan. Luego llega la mesera y le habla con severidad. "Dora, ya sabes que en la mesa NO". El pájaro se retira al marco de la ventana y ahí espera a que la mesera se vaya. Luego regresa junto a los platos y si no le hemos dado nada, nos apremia con un par de picotazos en la mesa. Me siento forzado a darle. Después me pregunto qué tanto estoy ya obligado a alimentar al pájaro, si hemos sido las personas quienes lo acostumbramos a venir, por medio de darle de comer. ¿Qué tanto es mi responsabilidad?
Pasaron los días. La primera vez que decidí no darle nada, el pájaro voló a la lámpara y desde ahí cagó largamente, ensuciando el piso. La segunda vez, lo hizo sobre el respaldo de una silla.